martes, 1 de octubre de 2013

PRIMER DÍA DE VIAJE

El primer día del viaje ha sido intenso. ¡Mucho! Tanto como que casi hemos empalmado dos días.
Salimos de Zaragoza a la hora prevista, las 15h45, y tras una breve parada en Montblanc llegamos a la T1 en el aeropuerto de Barcelona. Menos mal que habíamos previsto ir con tiempo, porque el interrogatorio al que te someten en facturación es laaaargo.




Un ratito para comer algo, y a continuación a embarcar, con destino a Tel Aviv, aeropuerto de Ben Gurion.

En el vuelo hubo de todo: alguno se durmió incluso antes de despegar, y otros, con menos facilidad para dormir, casi no pegaron ojo.

Llegamos a Tel Aviv un poquito antes de la hora prevista, pero había que trasladarse a Nazaret, donde teníamos contratado el primer hotel. Total, que entre unas cosas y otras, llegábamos al hotel a las 06h00. El reparto de habitaciones fue ligerito y, después de dejar las maletas, nos dirigimos a la sala de desayunos y de ahí a dormir lo que se pudiera...

Y a las 10h00, ¡en marcha de nuevo! Primera parada, la Basílica de la Anunciación. ¡Impresionante! Tras una visita dirigida por nuestro guía Marcelo, el P. Aisa ofició una misa en la Iglesia de San José (que está junto a la Basílica) cuya lectura versó precisamente sobre la Anunciación del Espíritu Santo a la Virgen María. Y antes de dirigirnos al restaurante "Holyland" estuvimos viendo la Gruta y la casa de San José y la Sinagoga. ¡Ah, por cierto! Nos han facilitado "wishpers" que son unos receptores con los que no es necesario estar pegado al guía para enterarte de las explicaciones. ¡Menudo invento!







Una vez repuestas las fuerzas, cogimos el bus y nos trasladamos a Haifa, en el Mediterráneo, con un puerto marítimo muy importante (Haifa es la tercera población más importante del país) y la gran maravilla, Patrimonio de  la Humanidad, que son los Jardines Bahai.

A continuación seguimos al Monte Carmelo y al Santuario de Stella Maris (de la Orden de los Carmelitas), y después nos dirigimos a Caná de Galilea, donde se produjo el Primer Milagro de Jesús, la transformación del agua en vino en las Bodas de Caná. Y aquí hemos vivido el que quizá ha sido el momento más emocionante del día: la Renovación de las Promesas de Matrimonio de las parejas del grupo. Una ceremonia sencilla pero muy emotiva, en un lugar lleno de significado.






El día ya no daba para más; tras una breve parada en un comercio local, regentado por una familia cristiana (recordemos que los Cristianos son tan sólo el 2% de la población de Israel) donde nos han dado a probar vino de Caná y quien ha querido ha podido adquirir recuerdos de temática religiosa (rosarios de madera de olivo, crucifijos, iconografía, ...), ya nos hemos trasladado al hotel, donde empezábamos a cenar a las 19h30, y poco a poco hemos ido retirándonos a descansar

1 comentario:

  1. Jose Francisco Insausti9 de octubre de 2013, 14:14

    Parecía que sin dormir en el avión podía empezar con un poco de esfuerzo, pero no.
    Con la gracia de Dios hemos estado pletóricos de ánimo y fuerzas.
    Primer día fantástico.

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